viernes, 16 de abril de 2010

EL ÁLBUM DE BARAJITAS


De niña me encantaban los álbumes, recuerdo el de Amor es…, Sarah Kay, Barbie… Creo que para muchas personas (mujeres especialmente) la vida es una especie de álbum que hay que llenar, necesitan completar todas las barajitas para sentirse satisfechas. Así tenemos la barajita del matrimonio; la que se casó y se divorció, a lo mejor se vuelve a casar porque le faltaba la barajita de casarse por la iglesia (la barajita de vestido de novia es una de las más ansiadas), y si no seguro le faltaba la de matrimonio feliz o la de maternidad.
No critico que cada quien tenga sueños que quiera cumplir, lo que no entiendo es cuando “llenar el álbum” se convierte en una obsesión, cuando se deja de disfrutar el momento presente por pensar en “esa barajita que nunca me sale” y peor todavía cuando para llenar el álbum se compran barajitas en el mercado negro o se roban de otros álbumes, todo para estar dentro de los cánones establecidos, ¿establecidos por quién digo yo? ¿Acaso no es cada individuo quien debería determinar lo que quiere para su vida? Lamentablemente muchas personas están más cerca del reino vegetal, nacen, crecen, dan frutos y se mueren, así sin más, sin cuestionarse por un momento si eso es lo que realmente quieren o si por el contrario existirán otras cosas que me hagan más feliz aún cuando a la mayoría no les parezca.
Hasta cuando el estigma de “si no te casas te quedaste” ¿te quedaste en dónde me pregunto yo? O de que hay que tener hijos para que te cuiden en la vejez, ¡por favor los hijos no se tienen para eso! Contraten una enfermera en todo caso.
Propongo que “llenar el álbum” sea un placer, así como lo fue en mi niñez, destapar cada sobrecito con emoción y no decepcionarse porque no salió la barajita que me faltaba…siempre podré destapar otro sobre o quizás alguien la tendrá repetida y estará dispuesto a cambiarla.

sábado, 10 de abril de 2010

LA VOCECITA FRÍGIDA

No cabe duda que en los últimos 50 años las mujeres han alcanzado igualdad de derechos en muchos aspectos (por lo menos en el mundo occidental), hoy día hacemos cosas que nuestras madres y mucho menos abuelas jamás habrían soñado con hacer. Pero aún, vestigios de represión quedan dentro de nosotras mismas y las luchas interiores son las más difíciles de librar.
En lo concerniente a la expresión de nuestra sexualidad todavía a muchas nos cuesta aceptar que sexo y amor no van necesariamente de la mano, y nos inventamos mil excusas para no sentirnos culpables por disfrutar del sexo con alguien que no es nuestro “príncipe azul”. Una vez conversaba con una amiga y ella me contaba que había terminado con su novio y que se acostaba con él eventualmente, pero que se sentía mal al respecto porque no estaba interesada en él como pareja pero si disfrutaba del sexo con él, yo le respondo que si le gusta acostarse con él que lo siga haciendo, cual es el problema…
-Es que no me gusta que me busque sólo por sexo, además mientras lo siga viendo no me voy a permitir conocer a otro…es como si quisieras un carro nuevo pero tienes el viejo estacionado en el garaje.
-hermana… ¿tú sabes lo difícil que es conseguir un carro nuevo en este país? ¿Vas a salir del “carro” que tienes pa’ andar en carrito por puesto? Cuando tengas el carro nuevo en tu garaje vendes este…
Yo sé lo que te pasa…tu oyes una voz en tu cabeza que te dice “no te valooooraas” “ese hombre te está usaaaanndoo” “eres una putaaaa”
-siiii, ¡si la oigo! ¡Cómo hago para que se calle!
-¡mijaaa! ¡Mandá a mamar a esa vocecita frígida y seguí acostándote con quien te plazca!
Cierro la historia con una frase de Woody Allen que cae de perlas, “El amor es la respuesta, pero mientras aguardas por la respuesta el sexo plantea algunas buenas preguntas.”