martes, 14 de julio de 2015

MÁNDAME UNA FOTO

En este mundo tecnológico y globalizado hace rato ya que la gente consigue citas en el mundo virtual. Decenas de páginas de Internet y aplicaciones móviles se dedican a unir corazones solitarios. Poquísima gente se conoce a la antigua; en un bar, en una boda, el amigo de un amigo…Los más nos lanzamos al ciberespacio a ver que nos depara. Y allí, al igual que en la vida real es posible conocer desde un asesino serial hasta un príncipe azul. Tengo amigas que conocieron a sus actuales esposos en Internet y también se de historias que perfectamente cabrían en una novela de Stephen King. Pero si algo me ha llamado la atención en mi experiencia personal es el síndrome “Mándame una foto”. Haces click con alguien, intercambian whatsapp y luego de una conversación trivial él dice “a ver…mándame una foto”, a pesar de que tienes una en tu perfil accedes a enviar un par, porque total, el tipo también tiene derecho a comprobar con quien se está comunicando. Te dice que te ves bella y suelta “pero mándame una foto sexy” y ahí caes en cuenta de que el sujeto en cuestión quiere una foto de tus partes íntimas. Yo no soy puritana,  ni tengo problemas con mi cuerpo, pero ¿por qué carajo querría mandarle una foto desnuda a un desconocido? Y ¿por qué alguien pide que le envíen fotos de genitales, cuando tiene cualquier variedad de imágenes sexualmente explícitas gratis y a un click de distancia?

¿Acaso hemos banalizado tanto las relaciones que ya ni siquiera interesa encontrarse para desnudarse frente a frente? ¿O será que cosificamos a las personas reduciéndolas a una imagen “hot”?

Yo particularmente me niego a renunciar a una cena, unas copas y una conversación frente a frente. Una cosa es que la tecnología sea un medio para conocer gente, pero la comunicación verdadera se establece mirándose a los ojos y no con emojis.

lunes, 22 de junio de 2015

CICLO ANÍMICO DE LA MUJER SOLTERA



Las mujeres solteras experimentamos diferentes estados de ánimo en relación a estar sin pareja. Basándome en mi propia experiencia y en la de las mujeres que me rodean he identificado un ciclo anímico de tres fases. La duración de cada estadio varía de una mujer a otra y el ciclo se repite N cantidad de veces a lo largo de nuestra vida de solteras.

La “Depresión Larvada” es el ciclo de mayor tranquilidad. Ningún hombre ocupa nuestros pensamientos, nadie nos atrae ni siquiera platónicamente. Tampoco nos interesa el sexo ocasional y cuando nuestras amigas nos cuentan sus tragedias amorosas nos sentimos afortunadas porque nadie perturba nuestra paz. Es un período muy productivo en el aspecto laboral, ya que como no nos distraemos en el romance volcamos toda nuestra energía en el trabajo. Se puede estar en depresión larvada indefinidamente, conozco mujeres que tienen años así. Que un día simplemente decidieron “bajar la santamaría” y no volver a pensar en establecer una relación amorosa nunca más. Ojo, que lo de depresión larvada no tiene nada que ver con sentirse triste o deprimida, al contrario, se experimenta una sensación de liberación y tranquilidad absoluta. Hasta que un día…Aceptas salir con alguien, y el tipo en cuestión te parece atractivo e interesante. Te descubres pensando en él y haciendo planes…Y caes en la fase que llamo “Darle una oportunidad al amor”.

Te enamoras una vez más, piensas que puede funcionar, que ahora si estás lista, que este si es el hombre. Por un lado te sientes radiante, como Amy Adams en la película Encantada, casi que hablas con los pajaritos. Pero por otro, comienza la angustia de ¿Por qué no me escribe?, ¿será que tiene otra?, ¿le escribiré yo o pensará que estoy desesperada?, y comienzas a atormentar a tus amigas. Le haces screenshot a la conversación de whatsapp y analizan letra por letra. Yo en esta fase me pongo a dieta y hago más ejercicio.

Hasta que el tipo hace alguna trastada y sientes un “Odio profundo por los hombres” y por ti misma, por andar de idiota enamorándote otra vez y creyendo en pajaritos preñados. Dependiendo de lo grave de la afrenta el odio se diluirá más o menos rápido y caerás en la depresión larvada. Y como dije arriba el ciclo se repite indefinidamente hasta que por fin un día te quedas con alguien o eliges quedarte contigo misma.