martes, 22 de febrero de 2011

YO NO SE JUGAR A LA SEDUCCIÓN


Confieso que la seducción es un arte que no domino más allá de una batida de cabello y una mirada lánguida. Ese juego de mostrar algún interés y luego hacerse la dura nunca he podido ponerlo en práctica y la verdad me fastidia bastante. Como en todos los aspectos de mi vida, en el amor también voy por la calle del medio; así que cuando un hombre me interesa se lo hago saber directamente. Lo que para muchos puede resultar un tanto agresivo y hasta apagar sus ganas por aquello del instinto masculino de cazar a su presa. La mayoría de las veces, por no decir siempre; -ahora que lo pienso creo que nunca ningún hombre me ha echado los perros- soy yo la que toma la iniciativa, para verle el aspecto positivo puedo decir que siempre he sido yo la que escoge y no espero a que me escojan a mi.
Sin ser una seductora intentaré develar los misterios de la seducción, basándome en lo que hacen las otras mujeres, porque repito nunca he podido ponerlo en práctica, me causa mucho stress jugar al gato y al ratón, porque envolver al otro se trata de eso, dar tres pasos adelante y dos para atrás. Mostrar interés, pero a la hora de la verdad ser indiferente o hacerse la santa. ¿Un ejemplo? La escena memorable de Cristal, donde Victoria Ascanio (nada menos que Lupita Ferrer) le dice a Ángel de Jesús a punto de entrar al seminario; “No puede entrar a mi cuarto Señor” (con la frágil voz de Lupita)…¡Pero deja la puerta abierta! Resultado: el futuro Cura sucumbe ante la pasión…
Para ser una seductora hay que ser muy paciente, porque hay que ir cocinando al otro a fuego lento, hacer que el deseo vaya in crescendo…Portarse “zángana” como decía mi abuela. Decir que no, cuando se quiere decir si.
Demasiado trajín para mi gusto…definitivamente yo no se jugar a la seducción.

viernes, 18 de febrero de 2011

¿CUÁL ES LA FECHA DE EXPIRACIÓN DE UNA RELACIÓN?


¿Cuál es el momento en que a una relación hay que cambiarle el punto y seguido por un punto final?, ¿Cómo saber si nos enfrentamos a una crisis pasajera o al “The End”?
Hay relaciones que duran un par de semanas y otras pueden durar toda la vida.
Para mi el ciclo de vida de una relación depende de cuán placenteros sean los momentos compartidos. Cuando se pone distancia entre los dos, cuando el tiempo de estar juntos se usa para discutir en lugar de hacer el amor, cuando se deja de admirar al otro como ser humano, cuando la lista de defectos se hace más grande que las virtudes, cuando se mira en la dirección opuesta al otro; ha llegado el momento de decir adiós. Creo que es la decisión más saludable cuando se han agotado todas las instancias, porque cuando se permanece en una relación donde el amor se acabó siempre se termina perdiéndole el respeto al otro, y cuando se irrespeta a alguien invariablemente terminamos irrespetándonos a nosotros mismos.
Las relaciones son para ser feliz, para crecer, para nutrirse, cuando no es así no tiene sentido quedarse y aferrarse a un pasado feliz del que seguro no quedan ni rastros. Porque la gente no termina las relaciones porque se niega a aceptar que la felicidad que alguna vez tuvo se acabó y no volverá más, que esa pareja de revista que alguna vez fueron ya no es, porque cambiaron, porque cada uno tomó un rumbo distinto y el encuentro ya no es posible.
Ojo, ¡que no estoy diciendo que a las primeras de cambio se pongan pies en polvorosa! lógicamente las relaciones tienen altos y bajos, no se puede vivir en un estado de éxtasis perenne, pero hay que darse cuenta cuando la crisis dejó de serlo para convertirse en un estado natural de tedio y amargura.
Como dice el gran Hector Lavoe…Todo tiene su final.

martes, 8 de febrero de 2011

BE MY VALENTINE


No me gustan las celebraciones impuestas, las únicas fechas que celebro con vehemencia son los cumpleaños porque me gusta celebrar la vida (la mía y la de los que amo) y la navidad porque soy cristiana. Pero el resto de fechas conmemorativas como día de las madres, padres y enamorados la verdad me revientan. A mis padres los quiero todo el año y les agradezco lo que han hacho por mí cuando me plazca. Lo mismo me pasa con el “día de los enamorados” que ahora se ha hecho extensivo al amor y la amistad, será por la cantidad de gente soltera que hay. Para que los que no tenemos pareja no nos sintamos miserables, nos ofrecen la posibilidad de consolarnos con los amigos.

Detesto toda la alharaca que se arma en torno a esta fecha, mi talante rebelde se niega a celebrar con flores, bombones y globos de esos que tienen un peluche adentro el mismo día que lo hacen el resto de los mortales. Yo prefiero que me sorprendan un día cualquiera con un ramo de flores (que no sean rosas rojas por favor) y cena romántica a la luz de las velas. Puedo ser tan cursi como cualquiera pero no al unísono. Be my valentine! Pero todo el año y mejor si no es el 14 de febrero.